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el Mirador



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periodística
en formato PDF

El bicentenario se acerca
y las obras en el Colón no avanzan
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Por Patricio López
patriciolopez89@yahoo.com.ar
Foto: Paola Daniela Romero

25 de mayo de 2010. Ese día la nación argentina cumplirá sus primeros 200 años de vida y se espera un festejo acorde al episodio histórico que se llevará a cabo. Seguramente, la agenda de eventos programados para ese día incluya espectáculos a realizarse en el Teatro Colón, símbolo cultural ineludible de nuestro país.
Sin embargo, hoy en día es difícil de predecir si el Colón estará refaccionado para dicho acontecimiento. La promesa del jefe de gobierno de la ciudad, Mauricio Macri, enunciando que “el Colón se abre en el 2010, ratifico el compromiso” parece estar lejos de la realidad. Cuesta encontrar explicaciones de cómo aun no podemos disfrutar de este gigante escenario cultural refaccionado y acondicionado acorde a lo que representa para el país y en el mundo. No es de menor importancia recordar que el Colon celebró su centenario a puertas cerradas el pasado año, exactamente el 25 de mayo de 2008. Parece ayer cuando Jorge Telerman comunicaba a través de una conferencia de prensa el inicio de las obras de restauración, consolidación de estructura arquitectónica y de actualización tecnológica del Colón. Sin embargo esto no sucedió ayer, este anuncio fue en 2001. Y luego de Telerman asumió Anibal Ibarra como jefe de gobierno pero su relación con la problemática del Colon estuvo marcada más por enfrentamientos y huelgas con los empleados que con el avance de obras en sí. Con el correr de los días no solo aumenta la incertidumbre sino que la relación entre las partes involucradas en este conflicto va desgastándose al punto tal de que hoy la preocupación por sacar adelante al teatro es lo único que mantiene un hilo de cordialidad entre los actores de esta dramática situación.
En lo que respecta al ámbito político, desde el macrismo ya ninguno de sus representantes arriesga a pronosticar una fecha precisa de reapertura del teatro. Eso sí, el costo total se acercaría a los 210 millones de pesos cuando en un principio se hablaba de una suma alrededor de los 100 para la refacción por completo. En la vereda de la oposición, más específicamente desde la Coalición Cívica, se sostiene que “abrir el teatro el 25 de mayo de 2010 para los festejos del Bicentenario no es ningún tipo de hazaña. A lo que hay que apuntar es a organizar y modificar el modo de trabajo para cumplir con los plazos”. Esta declaración fue brindada por Teresa de Anchorena, que además encabeza la Comisión Especial de Patrimonio Arquitectónico y Paisajístico de la Legislatura, uno de los organismos encargados de vigilar de cerca la obra. Un informe elaborado por esta diputada denuncia que se han detectado problemas de gestión y supervisión por parte de los encargados, sumado a nuevos inconvenientes en la estructura. Por último, Teresa de Anchorena plantea que le es difícil de identificar quién está a cargo de la toma de decisiones de las obras en el teatro ya que tanto el Ministerio de Desarrollo Urbano, la Unidad de Proyectos Especiales (UPE), la gerenciadora (SyAsa) y la dirección del Colón (donde se incluye a una Comisión de Notables y el Ente Autárquico) han brindado versiones contradictorias sobre a quien le recae la responsabilidad.
Tal como fue mencionado en la edición de El Mirador de Junio de 2008, el crédito del BID (Banco Interamericano de Desarrollo) anunciado con bombos y platillos hoy es un aporte fantasma a la causa. Los aportes por parte del tesoro público y las contribuciones privadas fueron consumidos a lo largo de estos 8 años. Aquellos 25 millones de dólares pre-acordados de inversión durante la gobernación de Telerman se esfumaron, y los avisos con llamados a licitación para encontrar encargados para la obra son moneda corriente en estos días.
Por último, la otra pata de este conflicto, representada por los trabajadores exige conocer cuál será su futuro dentro del teatro. Los empleados denuncian que han recibido rumores de que la idea del gobierno es reducir a la mitad los casi 1200 trabajadores que dedican su vida al Colón. Domingo Rocchio, quien hace 20 años que se encuentra en la administración del Colón, está apenado por el presente que le toca vivir. Describe a esta situación como “una larga agonía para un final anunciado”, pero lo que más lamenta es la calidad de profesionales que pueden perder su trabajo y que no haya preparación de nuevos talentos para desarrollarse en el futuro del teatro.
Si bien Mauricio Macri ya asumió el compromiso de apertura del Colón para el día del bicentenario, los problemas gubernamentales deben ser superados y el plan de acción debe relanzarse cuando antes porque a esta altura la ilusión de ver el teatro abierto en un año es tan solo eso, una ilusión.

Mayo 2009-05-22


Nueva sección de opinión producida por los periodistas
que han escrito en las páginas
de El Mirador