Por Diego
Dipierro
didipierro@uade.edu.ar
diego_317@hotmail.com
La
educación pública, tanto en sus niveles primario como secundario,
se halla en un estado crítico que merece ser analizada teniendo en
cuenta las distintas variantes que inciden en ella. El objetivo de esta nota,
sin embargo, será analizar qué se logró o qué
se intentó hacer en los seis años de gestión kirchnerista
para revertir este escenario. Interesa analizar qué descripción
hacen los organismos oficiales para evaluar y comprender la situación
educativa actual.
Hay que decir que sería simplista quedarse con el costado del problema
que refiere a cifras y porcentajes. La actual crisis encuentra sus razones
más categóricas en los cambios cualitativos de la sociedad.
Son causas directas e ineludibles que fueron socavando la otrora envidiable
calidad en esta materia. No obstante, aquí se analizarán indicadores
que orienten la comprensión del retroceso cuantitativo que sufrió
esta área
Cómo
se llegó
Un claro ejemplo de este proceso es la merma en el crecimiento de la población
alfabetizada que se produjo durante los últimos treinta años.
La Dra. Adriana Puiggrós1 en su trabajo Educación neoliberal
y quiebre educativo exhibe las estadísticas tomadas de la UNICEF.
Son cifras que explicitan que los niveles de alfabetización en países
latinoamericanos alcanzaron progresivamente los de Argentina.
Otros motivos para entender una disminución en el crecimiento educacional público pueden ser: un descenso en la matrícula destinada a escuelas de gestión pública en el período 2002-2006 (producto de la grave crisis argentina de 2001-2002); un amesetamiento en la matrícula destinada a entidades de gestión privada (aunque con leves incrementos); la repitencia y la deserción escolar, que van de la mano, en un nuevo costado de los severos impactos que la crisis económica produjo en el país, influido también por el flagelo de las drogas en los alumnos de las clases más bajas.
Explicaciones oficiales
La Argentina atraviesa hoy por hoy en materia de educación secundaria
por los diversos problemas principales. Se publicaron en el documento Documento
preliminar para la discusión sobre la Educación secundaria en
Argentina emitido en 2008 por el Consejo Federal de Educación.
Las dificultades son: exclusión y baja calidad del sistema, crisis
de identidad de la escuela secundaria, modelo institucional selectivo, crisis
de autoridad pedagógica y debilidad del Estado para influir en el sistema.
Es necesario analizar cada uno de estos puntos, para comprender cuáles
serían los mejores métodos. Y también para pensar cómo
el Gobierno planea construir soluciones.
Según el documento anteriormente citado, la exclusión explica la crisis educativa, desembocando así en el grave problema de la deserción escolar, que necesita ser mitigada con la obligatoriedad de la educación secundaria, con la responsabilidad estatal que esto conlleva. Mejorar la calidad implicaría comenzar a cumplir con los derechos de educación y distribuir equitativamente el conocimiento.
En cuanto a la crisis de la autoridad pedagógica, el documento refiere a que la autoridad está atada a una permanente renovación, plateando así un cambio en el modelo de la profesionalidad de los educadores. Ligabue respecto a este punto, enfatiza en el hecho de la sensibilización y toma de conciencia de parte de los docentes, aprovechando al máximo las nuevas condiciones tecnológicas que ayudarían a brindar una educación más inclusiva.
El Estado se halla en una situación de debilidad para influir el sistema, según lo difundido por el Ministerio. Este raquitismo viene dado en primer lugar por la teoría de que América Latina está alcanzando el techo de sus niveles de escolarización, frente a los cuales el Estado y la sociedad deben trabajar en conjunto para conseguir una expansión de los niveles de escolaridad. Cristina Fernández dijo el año pasado que "somos el Gobierno que tal vez más viviendas y escuelas ha construido pero sabemos que se necesitan más", en el marco de la inauguración de una escuela, como parte del programa de los 700 establecimientos que el Ejecutivo dice ya haber construido. También la presidente, en un acto de entrega de becas estudiantiles en abril de 2009, sostuvo que la provincia de Buenos Aires es la provincia que más invierte en educación (con el 36% del gasto total), demostrando así una actitud proactiva.
180 días de clases y 700 escuelas
La Ley Nacional 25.864 prevé que se debe dictar un mínimo de
180 días de clase por ciclo lectivo anual. Fue promulgada en enero
de 2004, sigue en vigencia pero jamás fue cumplida. Datos oficiales
de 2008 reflejaban que doce provincias a mitad de ese año ya no respetaban
la ley. Ya en 2009, el Gobierno admitió que sólo dos provincias
tuvieron la cantidad obligatoria de días de clases. Y en el curso de
este año, a raíz de los paros docentes, ocho distritos no llegan
a completar la cifra impuesta.
Se trata de
un plan de construcción de establecimientos en áreas con población
con un alto nivel de necesidades básicas insatisfechas. También
contempla la sustitución y refacción de edificios escolares
obsoletos. Lo organizan tres Ministerios nacionales y pretende responder a
los requerimientos de cantidad de escuelas para el sector medio y la Educación
General Básica. El programa comenzó a implementarse en 2004.
En marzo de 2007 un informe oficial declaraba que se llevaban construidas
261, menos del 30% del total. El ciclo lectivo 2008 empezó con un total
de 460 edificios nuevos construidos bajo este programa.
El Gobierno pugna por llegar a 760 escuelas, de manera de redondear lo que
consideran una inversión necesaria para dar lucha contra el analfabetismo
y la falta de escolarización.
Mayo 2009-05-20