Radiodifusión:
segundo round
Por María Laura González
Como hemos nombrado
en la edición anterior de El Mirador, el proyecto de Ley
de Servicios Audiovisuales continúa en debate y discusiones. Los medios
se encargan de incluir en su agenda alguna noticia con el tema. En la edición
del pasado domingo 6 de junio, el diario Perfil publicó una nota titulada
Liberen a Mariotto. Este hombre es uno de los más buscados
en los últimos tiempos para brindar declaraciones. No precisamente
porque haya cometido algún delito, sino porque es quien se encuentra
a cargo del Comité Federal de Radiodifusión (Comfer). El columnista
de este diario, denunció precisamente el día previo al Día
del Periodista (7 de junio) que los puntos principales en los que se apoya
la nueva Ley, para que hablemos todos y que no haya temas prohibidos, no se
cumplen. Ese medio nunca pudo concretar una entrevista con este licenciado
en Ciencias de la Comunicación y candidato testimonial de Lomas de
Zamora, quizás se escondan intereses políticos, eso no es simple
de dirimir.
En este contexto, desde El Mirador quisimos ir un poco más allá
y conseguir alguna voz que nos hable sobre el tema que hoy presenta múltiples
opiniones y críticas.
La Avenida de Mayo está colmada de gente, es jueves a las 17 hs. En
el número 560 de esa avenida, se encuentra la oficina de Alejandro
Pereyra, abogado y ex integrante del Comfer, que cordialmente nos invita a
pasar. Así comienza la charla
La Ley de Radiodifusión es un derivación histórica de las telecomunicaciones en general. Además de regular determinadas actividades, reglamenta la forma de llevar adelante el que explota el ejercicio de libertad de expresión dentro de determinados medios.
¿No
es una paradoja que la ley vigente haya sido aprobada en un gobierno de facto
y hoy estemos en democracia?
En la Argentina, con sus vaivenes políticos e institucionales, esta
ley se dictó en el proceso de dictadura miliar de 1976-1983, que legitimó
una situación de hecho y de derecho, producto de la explotación
de particulares, del Estado, y de la situación propia de esa hegemonía
ejercida por el terrorismo de estado. Es el cerco de lo que la Nación
en aquel momento elegía ver. Con el advenimiento de la democracia,
se tomó distancia de la dictadura.
En ese momento, se puso en el freezer el Plan Nacional de Radiodifusión
y se envió al Consejo de Consolidación la democracia, la tentativa
de modificar esa ley.
Si bien es cierto que es una norma de origen estrictamente dictatorial, la
democracia la convalidó en sus modificaciones.
Desde 1989 hasta el día de la fecha, ningún gobierno modificó
la ley por completo.
Sin embargo hubo ciertos puntos que se modificaron
La Ley de Reforma de Estado y la Ley de Emergencia Económica modificaron
la Ley de Radiodifusión, permitiendo el ingreso de los multimedios.
Se cambiaron ciertos puntos también en cuanto al cine.
¿Cuál es la relación que ve entre la política
y la prensa?
La política necesita la difusión mediática, más
en estos días que no hay gran cantidad de ciudadanos que respondan
al poder como lo hacían por ejemplo en el ´83. Se utiliza al
medio como un mecanismo de acceso a la población. Esto puede verse
en la cantidad de dinero que se invierte en publicidades y campañas.
Hoy hubo un corte entre uno de los principales aceleradores de la comunicación
social en la Argentina y que tiene la mayor penetración en la población:
y los gobiernos que aportaron a que pueda constituirse.
¿Hay
intereses económicos encubiertos en cuanto al nuevo proyecto?
Un medio, como cualquier otra entidad con fines de lucro, tiene como fin último
el objeto social de ganar plata.
¿Qué
opina sobre el nuevo proyecto?
Es claro que debe haber libertad de expresión, eso está detallado
en la Constitución Nacional. La Ley debe ser modificada, pero con coherencia
ideológica.
Regular hoy es llegar tarde mañana. Creo que todos nos equivocamos
desde el vamos.
Cuando se debió modificar el artículo 45, de si se permitía
el ingreso de radiodifusores sin objeto social comercial, lo aprobaron. Si
alguien dice que hoy defenderá la concentración económica
porque hoy está en juego la libertad de expresión, es un análisis
que se debe ver desde el punto de la ideología de los dirigentes políticos.
¿Los
puntos a modificar ofrecen mayor libertad de expresión?
Se regula sobre una situación de pasado y presente que probablemente
mañana sea antigua. Creo que es demasiado permisivo para la regulación
de contenidos de la industria nacional. A partir de que una persona emite
un mensaje, se hace responsable. Por ende, hay que tener libertad para expresar
y responsabilidad frente a ese acto.
El Estado puede evaluar determinados contenidos para fomentar el empleo y
el desarrollo de la actividad periodística. Se debe modificar en base
a la cultura de cada país.
Los medios
están fuertemente vinculados a la política, ¿qué
relación encuentra en esto?
Hay que distribuir la pauta oficial de manera equitativa, para los grandes
y pequeños medios; el Estado se niega a esto.
Los actos de gobierno se desarrollan en el boletín oficial. Debe haber
pautas racionales y nacionales. La pauta se debe distribuir inversamente proporcional
a la venta. El que menos vende, debe tener más pauta, para fomentar
el desarrollo.
La única
forma que tenemos de evitar el enemigo de la ley nueva de la democracia, que
es el silencio, es participando activamente y que cada ciudadano llegue al
micrófono y haga los aportes que tenga que hacer, y que en muchos caso
profundice el espíritu que la propuesta de proyecto de ley indica y
propongan una nueva mirada, una nueva visión.
La manipulación es tan evidente que nos tiene que convertir a todos
nosotros en actores para que en esa herramienta comunicacional vital que es
el boca en boca podamos dar cuenta en nuestras familias, en nuestros hogares,
en nuestro trabajo, de cómo los grandes medios monopólicos se
la han rebuscado durante 25 años para que esta ley no llegue.
(Gabriel Mariotto).
JULIO 2009