Por Brenda Di Aloy
En la actualidad, donde muchos ejes de la vida social suceden virtualmente, los filtros de belleza son utilizados diariamente por millones de personas en todo el mundo. Distintos son los motivos para emplear el uso de esta distorsión de la realidad: por diversión, complejos físicos, fines estéticos, porque está de moda, entre otros. Lo cierto es que lo que implícitamente comunican estos filtros es un estándar de belleza en la sociedad, la cual muchas personas quieren alcanzar.
En cuestión de segundos una persona puede aclararse los ojos, sacar manchas de la piel, agregar pómulos, afinar la nariz, pintarse las pestañas y cuantas modificaciones estéticas la persona quiera. Ya no hay que recurrir a horas de edición con programas como Photoshop para realizar las modificaciones, hoy en día el avance tecnológico permitió que esté al alcance de cualquiera a tan solo un click.
Hay ocasiones en las que esta ilusión de belleza trasciende la pantalla y tiene como resultado la inseguridad y la baja autoestima. Con el fin de querer lucir como el filtro y tornar esa ilusión en realidad, los cirujanos plásticos y centros estéticos reciben cientos de consultas por día.
“Muchas jóvenes vienen al consultorio convencidas de querer tener los labios pulposos de los filtros de instagram y consultando si es posible llegar a ese resultado” asegura el cirujano plástico y subdirector del Centro médico “F”, Dr. Alexis Fernandez. El experto en cirugía plástica y medicina estética nos cuenta que los filtros de belleza generaron una expectativa en las pacientes de que esa es la forma correcta de lucir.
El Dr. Fernandez confiesa que el desafío está en poner barreras a esos estándares momentáneos que propone la tecnología y mantenerse dentro de sus convicciones en cuanto a la estética como profesional. “Me han llegado a pedir que haga más rellenos de los que como profesional consideraba lo correcto y tuve que aconsejarles que se lo hagan con otro profesional”, comentó el profesional.
Lo que más sorprendió al Dr. Fernandez fue “la primera vez que una paciente vino con una selfie de ella con el filtro de belleza aplicado como referencia”. Esta declaración enmarca la importancia que tornaron los filtros en la autopercepción de la imagen de las personas.
Muchos países ya están deliberando qué medidas tomar al respecto. Al momento el Reino Unido ha decidido prohibir el uso de filtros de belleza en publicidades que ejerzan los influencers en la plataforma digital de Instagram, ya que se considera un engaño para los usuarios con fines lucrativos por parte de las empresas de cosméticos de belleza.
Los filtros de belleza tomaron fuerza en el mundo digital, pero así mismo, también las partes que se oponen a ello. ¿Llegaron para instalarse o es una moda momentánea que se diluirá con el tiempo?
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